maternidad

NO ME GUSTA ESTAR EMBARAZADA

¡Tranquilx que no estoy embarazada de nuevo! Pero es algo sobre lo que me apetecía escribir porqué parece que cuando te quedas embarazada estás obligada a estar sonriendo siempre. Si se te ocurre decir que no te gusta esta embarazada es un sacrilegio! «Pues lo hubieras pensado antes», «¡Ah! ¡Qué te pensabas!»… la gente cree que si quieres tener un hijx, no puedes decir que no te gusta estar embarazada. Estar embarazada es una experiencia increíble y es maravilloso ver lo que el cuerpo de la mujer es capaz de hacer, pero a mí no me gusta estar embarazada.

La primera vez que me quedé embarazada tenía 26 años. Me encontraba muy bien, algo cansada, pero bien. A las 10 semanas me caí de culo y me llevé un susto terrible. Fui a urgencias y me vieron un hematoma bastante grande cerca del embrión. Me mandaron reposo y parecía que todo estaba bien. Tenía la ecografía del primer trimestre a las 13 semanas y un día antes empecé a manchar. Al rato expulsé el tapón mucoso y me imaginé que todo había terminado.

Fui a urgencias de nuevo y después de estar mucho rato haciéndome una ecografía me dijeron que el embarazo se había parado y estaba teniendo un aborto retenido. Hasta pocas horas antes yo estaba confiada en que todo iría bien y no sentía miedo. A eso le siguió un legrado, que no hicieron bien y me provocó una hemorragia por tener restos de membrana adheridos. Así que tuve que entrar de nuevo en quirófano por segunda vez.

Después de esa experiencia traumática no me quedaron ganas de buscar un embarazo inmediatamente. Dejamos pasar unos años hasta que decidimos querer intentarlo de nuevo.

Tardé bastantes meses en quedarme embarazada de Gina y cuando supimos que venía en camino me alegré, pero no igual que en el primer embarazo. Me daba mucho miedo hacerme ilusiones y que volviera a terminar mal. Sentía un miedo que no podía controlar y pensaba que cuando cruzáramos las 13 semanas me empezaría a encontrar mejor. El primer trimestre lo pasé entre náuseas, miedo e insomnio. Quería sentirme feliz y ver la barriga crecer, pero no era capaz. Por si mi miedo no fuera suficiente, las primeras semanas tuve un pequeño sangrado que cada vez que aparecía hacía que los fantasmas regresaran.

Cuando empecé el segundo trimestre la situación mejoró mucho, empecé a sentirme algo ilusionada, pero a las 17 semanas acudí a urgencias (en un centro médico diferente de donde me llevaban el embarazo) por una molestia y me dieron el susto de mi vida. Me hicieron una eco y la doctora me dijo que se le veían unos «tumores» en la zona del cerebro a Gina, que no eran malignos, pero podían estar relacionados con malformaciones.

Salí de la consulta hecha un mar de lágrimas. Me fui directa al hospital y les conté lo que me habían dicho. Resultó no ser nada, en esa semana de gestación a veces hay zonas del cerebro que se están formando y se ven de diferente consistencia, pero unas semanas después ya había desaparecido.

Hasta las 20 semanas no compré ni miré nada para el bebé. Tampoco dejaba que nadie me comprara nada, ni siquiera quería comprarme ropa de embarazada aunque la mía me resultaba muy incómoda. Después de la ecografía morfológica de las 20 semanas me relajé algo más. Gina se movía bastante y eso me daba la vida. Sentir sus movimientos dentro de la barriga fue lo mejor de todo el embarazo y me hacía saber que todo iba bien. Definitivamente el segundo trimestre es el mejor. Ya no tenía náuseas, el miedo supongo que se asemejaba al de cualquier embarazada y la barriga no me incomodaba demasiado.

Llegamos al tercer trimestre y llegó el miedo al parto prematuro, a romper aguas y que fueran teñidas, a cualquier complicación en el parto. Todo eso sumado al insomnio que me acompañaba desde el primer día.

El embarazo de Chloe no fue mucho mejor. Tuve unas náuseas horribles y lo pasé tan mal que me hubiera tomado algo para aliviarlas, pero como seguía dando el pecho a Gina y el medicamento que se toma no está indicado durante la lactancia, preferí continuar amamantandola.

Estar embarazada cuando tienes otrx hijx no es para nada idílico y menos si es pequeñx como lo era Gina entonces (15 meses). Chloe llegó por sorpresa, ni siguiera pensaba que estaba embarazada hasta que vi el positivo. Y aunque intentas no coger peso, cómo le dices a tu hijx, que hace unas semanas lo estabas llevando en brazos a todos sitios, que ahora no puedes… (En teoría no pasa nada y la ginecóloga me dijo que podía cogerla sin problema.)

El cansancio era tan grande que no podía tirar con mi alma, ahí decidí que ese sería mi último embarazo y a pesar de que no tenía ni tiempo de tener miedo, a veces me sabía mal que fuera a pasarle algo al bebé por no cuidarme nada y no descansar lo suficiente.

Las semanas pasaron lentas porque las náuseas no me dejaban vivir, pero llegamos a la eco morfológica del segundo trimestre y me dijeron que todo estaba muy bien excepto mi cuello uterino que era muy corto. Ahí mi embarazo pasó a ser un calvario. Eso suponía que tenía un riesgo muy alto de parto prematuro (según el médico). No había tenido contracciones, pero la realidad era que estaba mucho más corto de lo normal y si no hacía reposo absoluto y nacía, con esas semanas de gestación no iba a sobrevivir.

Se me cayó el mundo encima. Imagina lo que significa reposo absoluto con una niña de 15 meses. Mi familia me ayudó muchísimo y pude hacer reposo durante unas semanas. El cuello del útero se estabilizó y empezamos a sumar semanas, cosa que nos tranquilizaba. Aunque esas semanas no pude dormir entre el insomnio y las pesadillas con bebés prematuros. Al final, como ya sabes, Chloe nació el día que cumplía 40 semanas y en un parto largo. Mi cuello uterino aguantó.

Para mí el embarazo no es el estado ideal, no sé si será algo raro, si me preocupo demasiado y por eso no disfruto, si mis experiencias anteriores han hecho que lo viva de forma diferente… pero no me gusta estar embarazada. No me gusta sentir la responsabilidad de que si como algo en mal estado puede afectar al bebé, o si tomo algo (aunque en los dos embarazos no me tomé ni un medicamento, ni para las náuseas). No me gusta estar pendiente de si me puedo resbalar y caerme de culo, de si me dan un golpe, de si le pasará algo y no me entero.

Como ves no todos los embarazos son tan bonitos como los de las películas o Instagram. Cada mujer y cada embarazo son diferentes y me encanta ver embarazadas felices y que se encuentran súper bien, que hacen deporte y que viven tranquilas, pero no es mi caso.

¿Te gusta estar embarazada o eres como yo que prefiere el bebé en brazos? ¿Te sentías radiante o contabas los días para que llegara el final? Estaré encantada de leerte en los comentarios. ¡Nos vemos la semana que viene!

FOTO: BABYFOTOBARCELONA

4 Comentarios

  1. Maria de los Angeles

    19 septiembre, 2019 at 07:38

    En mi experiencia puedo decir que mi felicidad por estar embarazada fue muy grande en las dos ocasiones,pero el fantasma continuo de que algo puede ir mal,las pesadillas cuando podía dormir eran tan angustiosas que aunque yo ponía de mi parte todo para sentirme muy feliz,la balanza siempre se inclinaba al lado del profundo miedo de que algo fuera mal,por lo tanto,soy de las que prefiero niño en brazos a expectación angustiosa durante nueve meses

    1. La Mamisis

      20 septiembre, 2019 at 18:18

      El miedo creo que está presente desde el primer día de cualquier embarazada. Supongo que la diferencia está en si puedes controlarlo y disfrutas. Gracias por leerme 🙂

      1. Mar

        2 octubre, 2019 at 00:01

        Dos abortos en un ańo. Ahora embarazada de 13 semanas, miedo, pánico a que vuelva a salir algo mal. De baja, y presionándome para incorporarme a trabajar….en fin, que no estoy disfrutando ni lo más mínimo. Eso si, cruzando los dedos para que esta vez, todo vaya bien….

        1. La Mamisis

          2 octubre, 2019 at 10:33

          Lo primero; te mando un abrazo muy fuerte. Entiendo perfectamente tu miedo y sé lo mal que se pasa. Ya tienes bastante con eso, no te presiones por incorporarte al trabajo. Ahora tu prioridad es otra. Espero de verdad que esta vez todo termine bien y puedas dejar atrás esta etapa tan dura. Mucho ánimo!

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