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SÉ QUE LO HICISTE BIEN

La maternidad es un momento mágico de revolución. Nos transforma, nos redescubre, nos reinventa. Seguimos siendo nosotras, pero hemos evolucionado. Tenemos sentimientos de tal intensidad que nunca hubiéramos imaginado tener. Ante nuestros ojos aparecen cosas que, a pesar de que estaban delante nuestro, no habíamos visto.

Con la noticia del embarazo emprendemos un camino sin retorno en que el creceremos enormemente. En el que nuestro registro de emociones se ampliará hasta límites insospechados. Lograremos empatizar como nunca antes con otras personas, puesto que nuestro punto de vista ahora ha cambiado y no hay vuelta atrás. A mí la maternidad me ha enseñado tanto, en tan poco tiempo, que pienso en mi yo, antes de ser madre, y es como si fuera de otra vida.

Algo que aprendí en los primeros días de mi hija Gina fue que: Cambiar de opinión es un derecho que tenemos y no es necesario justificarte. ¿Parece muy obvio no? Bueno, antes de ser madre veía las cosas de una manera, luego las veo de otra. Antes de estar embarazada percibía diferente a cuando lo estaba. Antes de tener un aborto, antes de tener a mi hija Gina en brazos, antes del parto de mi segunda hija Chloe…

La vida y sus procesos nos cambian y es maravilloso. Vamos descubriendo cosas nuevas que nos hacen replantearnos lo que pensábamos o hacíamos hasta el momento y es completamente válido.

Entiendo perfectamente el efecto «memoria» de nuestro entorno. Siempre hay quien te recordará… «pues dijiste que no la pondrías en tu cama. Pues dijiste que sólo le darías pecho X meses. Pues me habías dicho que… » Y aunque es pesado tener que justificar tus cambios de opción, quiero decirte que ni siquiera es necesario.

Las explicaciones las damos en parte porque nos vemos obligadas, pero también para con nosotras mismas. «Es que le dije esto y ahora qué va a pensar.» Bueno, pues nada. Adelante si te apetece argumentar tu cambio de opinión. Pero no lo hagas como obligación. A todas nos han recordado aquello que dijimos que haríamos y que hemos cambiado, pero también podemos decir, pues ahora he visto que prefiero hacerlo así.

No tengo ninguna duda de que cambiar algo que creías que harías, por otra cosa (muchas veces opuesta), es siempre para bien. Antes de ser madre hablas y decides sin todos los datos. No conoces a tu bebé y ni siquiera te conoces a ti como madre. Es imposible decidir así. Y ahora, con todos los datos, has encontrado la mejor solución para tu familia. ¡Bravo!

La cosa se complica cuando tus decisiones, antes de nacer tu bebé, van en consonancia a las decisiones que tomaron las mujeres de tu entorno en su momento, pero tú decides cambiarlas.

Todas tenemos mujeres de referencia en nuestro entorno, con las que empatizamos, con las que hablamos de maternidad y cuyas opciones nos cuadran con nosotras o no. ¿Qué pasa cuando decimos que haremos como ellas y luego cambiamos? ¿Qué pasa si directamente decidimos maternar de forma diferente a la suya?

Pasar no pasa nada. TODAS las opciones son válidas. Quizás la otra persona sienta que, si tú lo quieres hacer diferente, es porque piensas que ella lo hizo mal y NO es así. Esto es algo que afortunadamente entre las madres de la misma generación yo no lo he percibido nunca. Las madres no somos rivales y entre nosotras nos respetamos. Pero cuando se trata de madres de distintas generaciones es algo más complicado.

El contexto en el que ellas maternaron es muy diferente al nuestro. La información que tenían, el soporte que les daban… todo era diferente. Por lo que actuaron en consonancia a su situación. Y no tengo dudas de que lo hicieron maravillosamente. Con todo el amor del mundo para con sus bebés y pensando siempre en qué sería lo mejor.

Me pongo en el lugar de esas madres y no tuvo que ser nada fácil. Y entiendo que ellas, con su sentimiento de que hicieron lo mejor, quieran lo mejor para nosotras. Entiendo su debate interno de: ¿Y si no lo hice bien? ¿Y si me equivoqué? Y de ahí salen las famosas frases: «Pues yo he criado a X hijxs y tampoco me han salido tan mal.» Demoledor para ambas. Muy dura la frase; para la madre que está luchando por su opción diferente de crianza y para la madre que está intentando justificar el suyo, que ya ha pasado y no va a poder cambiar.

Esto muchas veces crea tensiones entre madres de distintas generaciones y a mí sólo me gustaría decirles a esas madres que se sienten cuestionadas que… SÉ QUE LO HICISTE BIEN. Que hacerlo diferente sólo es una opción, otra opción. Eso no os hace rivales ni mejor o peor madre. Que no te juzgo ni cuestiono. Que sé que luchaste con todo el amor del mundo por hacer lo mejor y que felicidades porque lo lograste. Que ahora es el momento de la nueva madre y que necesita el apoyo y el respeto de su entorno.

¿Has vivido situaciones como ésta durante tu maternidad? Me encantará leerte. Gracias por estar una semana más ahí. ¡Que tengas un bonito día!

FOTO Y MEI TAI: MAMAMOOD

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