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ABURRIRSE EN CONFINAMIENTO

Cuando empezó el confinamiento por COVID19 creo que fuimos muchas las que no esperábamos que la cosa se alargara tanto. Llámame ilusa! Lo soy y lo reconozco. Intento ser optimista, pensar que la situación mejorará antes y que volveremos a una «normalidad».

Igual soy yo misma intentando protegerme de lo malo que pueda pasar. Intentando no anticiparme a todo lo negativo que puede venir y anclándome en el presente. En lo que puedo sostener. En el hoy y mañana ya veremos.

La cuestión es que pasar 24h en casa con dos niñas pequeñas encerradas en pocos metros, no es fácil para nadie. Y reconozco que ellas lo están viviendo bien. No les hemos ocultado nada, simplemente les hemos explicado la realidad, el motivo por el que no pueden salir, sin entrar en detalles macabros ni palabras técnicas. Y claro que son niñas y necesitan moverse, saltar, correr… pero se adaptan a la situación y nosotros con ellas.

Antes de encerrarnos en casa, compré algo de material por si nos apetecía hacer alguna actividad como pintar, jugar con plastelina o recortar goma eva. Tampoco es que tuviera muchas expectativas, son pequeñas y en casa tampoco somos muy de actividades dirigidas. Así que decidimos ir día a día.

Al principio pensaba que en casa reinaba la anarquía total y que éramos un desastre. Pero luego me di cuenta que seguimos nuestra propia rutina y nos funciona. Nos levantamos sin despertador cada día a la misma hora, desayunamos y ellas juegan. Un día deciden jugar con animales, otros a bailar, otros piden dibujos, otros pintan… nosotros nos limitamos a turnarnos para vigilar que no se hagan daño, sin intervenir. Llámalo juego libre, llámalo que tampoco podemos hacer otra cosa porque no lo hemos hecho nunca y forzarlo sería un desastre.

Seguimos respetando el horario de comer, dormir la siesta, cenar y que se vayan a dormir más o menos a la misma hora. Lo que hagan entre medio es cosa de ellas. De su imaginación. Una vez leí que cuando un niño o niña se aburre es cuando se despierta su imaginación. Así que intentando llenar sus horas de confinamiento de actividades para que no se aburran no sé hasta qué punto es lo mejor.

Claro está que si disfrutas haciendo actividades con tus hijxs, no seré yo quien te lo desaconseje! Pero que sea algo que fluya, que no tengas que forzar. Que sea ese rato que pasáis juntxs haciendo algo que os gusta y respetando luego sus ratos de juego libre.

Nosotros pasamos esos ratos haciendo otras cosas juntos, como ayudarnos a recoger la mesa, o a cocinar cosas sencillas (bueno lavar y echar las cosas en la olla, básicamente). Pero sin expectativas. Y claro que en alguna ocasión mi hija mayor me ha dicho: «Estoy aburrida». Pocas, pero sí. A eso le he contestado: «¡Genial! A ver qué te inventas para divertirte.» Y así ha sido. Muchas veces me quedo alucinada con los minimundos que se monta con sus juguetes, con sus historias y sus roles.

No sé por qué le tenemos tanto miedo al aburrimiento. Estamos tan acostumbradxs al ritmo frenético de nuestro día a día que no sabemos parar y no hacer. Rellenamos y rellenamos. No dejamos lugar para aburrirse en confinamiento.

Luego está el tema de que hay madres y padres habilidosxs que hacen actividades preciosas con sus hijxs y que muestran orgullosxs a los demás. Y es perfecto poder apreciar lo que hacen, pero siempre hay que separar. No compararse. «Que otrxs hagan actividades es bonito y me gusta. Yo no las hago y no por ello soy peor, ni mejor. Ni mis hijxs van a tener un trauma o van a desarrollarse menos.»

Creo que aquí el mayor problema es el autojuicio. La gente que no hace esas actividades cae muchas veces en esa comparación y sinceramente creo que la gente que sí las hace no las muestra con la intención de sentirse «superior». Simplemente quiere compartir y es bonito. Igual que es bonito aceptar que tú vives otra realidad y no las haces y NO PASA NADA.

Así que vamos a aprovechar este tiempo en que nos obligan a parar para aceptarnos. Con nuestras virtudes y nuestros límites. Para conocernos mejor. Para abrazarnos y respetarnos.

No tenía intención de escribir nada sobre confinamiento en el blog. Quería dejar este espacio para hablar de maternidad ya que estamos tan saturadas del COVID19 que quería dedicarme a escribir sobre otros temas. Pero nuestra realidad es esta. Ahora estamos viviendo esto y por más tiempo de lo que imaginaba. Así que ha sido inevitable que también escribiera sobre esta situación.

Gracias por leerme una semana más. Te mando un abrazo muy fuerte y espero que pronto podamos volver a preocuparnos por otras cosas que no sea confinamiento y las consecuencias del virus. Cuéntame; ¿Cómo lo estás viviendo? ¿Eres de hacer actividades o de dejar que jueguen libremente? Hasta la semana que viene. ¡Que tengas un bonito día!

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